04 abril 2011

Contrapoema nº 1.

Doy mi bendición a cualquiera.
Admiro este exacto agujero.
Confuso entre los vivos.

Confuso entre los vivos
doy mi bendición a cualquiera.
Yo soy un fantasma menudo
alumbrado por la luna,
terror de los gorriones.
Muerto de envidia.

No tengo disculpa,
mis propios dedos me señalan
sobre un mísero pesebre
una pena matemática.

Lloro dentro de un saco
con el pecho lleno de hormigas.

Yo soy la torpeza,
no me están permitidas esperanzas.

Mi discurso es inconexo,
con la punta de la lengua acaricio las preguntas.

¿Para qué te sirven los ojos?
¿Quién puso ahí esa boca?

Quiero ser un piel roja,
analfabeto, salvaje y mudo.