Porque existes, existo.
No soy sino reflejo de tu imagen,
recuerdo de tu reflejo:
pozo y espejo de mi propia imagen.
Soy la mancha de un hombre derramado
que encarna escuetamente en tu presencia.
Ser en ti es el único yo posible.
25 diciembre 2017
LIX.
03 diciembre 2017
Baryton & Bardamu.
No era malo que Baryton me considerara en conjunto con algo de desprecio. Un patrón se siente siempre tranquilizado por la ignominia de su personal. El esclavo debe ser, a toda costa, un poco despreciable e incluso mucho. Un conjunto de pequeñas taras crónicas, morales y físicas, justifica la suerte que lo abruma. La Tierra gira mejor así, ya que cada cual se encuentra en el lugar que merece.
La persona a la que utilizas debe ser vil, vulgar, condenada a la ruina, eso alivia; sobre todo porque nos pagaba muy mal, Baryton. En esos casos de avaricias agudas, los patronos se muestran siempre un poco recelosos e inquietos. Fracasado, degenerado, golfo, servicial, todo se explicaba, se justificaba y se armonizaba, en una palabra. No le habría desagradado, a Baryton, que me hubiera buscado un poco la policía. Eso es lo que te vuelve servicial.
Por lo demás, yo había renunciado, desde hacía mucho, a cualquier clase de amor propio. Ese sentimiento me había parecido siempre superior a mi condición, mil veces demasiado dispendioso para mis recursos. Me sentía muy bien por haberlo sacrificado de una vez por todas.
Ahora me bastaba con mantenerme en un equilibrio soportable, alimentario y físico. El resto, la verdad, ya no me importaba en absoluto.
Louis-Ferdinand Céline. Viaje al fin de la noche, 1932.