23 marzo 2011

I'timad.

Ignoran mis ojos tu presencia,
pero vives en mis entrañas.
Te saludo con mil lágrimas de pena
y mil noches sin dormir.
Ingeniaste cómo poseerme
y viste que mi amor es fácil.
Mi deseo es estar contigo siempre.
¡Que se me conceda ese deseo!
Asegúrame que cumplirás la promesa
y no te cambiarás por mi lejanía.
Di cabida a tu dulce nombre aquí,
escribiendo sus letras.

Muhammad ibn 'Abbad al-Mu'tamid, 1040-1095.