15 julio 2012

Tres poemas crónicos [III].

Reconozco el timbre
de quien me pide:
abre los ojos,
huye de esta tarde
gris y eterna
que te mece y te amamanta.

Yo digo: pronto;
dejaré este ser congelado,
suspendido, ausente,
y buscaré un lugar sin memoria
donde todo sea
leve y pasajero.