17 febrero 2011

Jorge Luis Borges.

Anoche, mientras leía "Fervor de Buenos Aires", se me apareció Jorge Luis Borges. Se me apareció y me dijo:
- Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdoname lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que seas vos el lector de estos ejercicios y yo su redactor.
Imitando su empalagoso y sofocante acento argentino respondí:
- No, disculpame vos, viejo de mierda, porque yo no os perdono.