El amor no logró salvarme.
No supe ser feliz,
siquiera un día, una hora.
No supe ser más que un niño enfermo
temeroso de la oscuridad y de la luz.
Los hombres, la historia,
los misterios del universo,
la propia existencia me espantaba.
Ahogué mi tiempo entre ficciones
y nada obtuve de la vida
salvo el horror y el ansia
de una vida nueva.