En aquella habitación
que nunca fue nueva,
nunca fue recién nacida,
que nació vieja,
que estaba vieja cuando yo nací,
que no creció conmigo.
En aquella habitación
en la que si saltaba daba miedo,
si bailaba daba miedo,
si jugaba a la pelota
o simulaba el trote de un caballo,
daba miedo.
En aquella habitación
en la que no se hablaba,
no se reía, no se besaba,
no se amaba y no se lloraba,
no se sufría, no se odiaba.
En esa habitación
que tiene colgados los mismos cuadros,
abiertas las mismas grietas
y la misma puerta cerrada.
En esa misma habitación
voy a cumplir 34 años.