Hoy es tu rostro un recuerdo difuso,
pero fueron tus ojos espejo de mi cuerpo.
Hoy es tu rostro un recuerdo difuso
y ojos nuevos son ahora espejo de mi cuerpo.
Tú también eres de otro.
Pero el sol te abría los ojos cada mañana
y yo veía en ellos mi cuerpo reflejado.
Cuando el sol te abre los ojos hoy cada mañana
alguien verá en ellos su cuerpo reflejado.
Yo también me veo en otros.
Todo cuanto tuve como propio un día
descansa en la mayor indiferencia.
Todo cuanto tuve como propio un día:
tus deseos, tus proyectos, tus anhelos e ilusiones;
el oficio de hacerte sentir plena.
Todo cuanto tuve como propio un día.
Todo es ajeno y vago.
Que existas o no existas
ya no es cosa que me incumba.
Hoy es al fin tu rostro otro recuerdo difuso.